La comunidad de bienes, como figura patrimonial colectiva, entraña innumerables y enrevesados conflictos derivados de la pluralidad de titulares en las relaciones jurídicas. De la misma manera, la disolución del condominio, en sus distintas modalidades, y la ejecución posterior de la Sentencia, especialmente esta última, presenta incógnitas no resueltas de manera pacífica, así como incidencias registrales y procesales en la subasta del bien común. No nos encontramos ante una ejecución ordinaria por deuda dineraria, sino de hacer para distribuir el bien común, con importantes consecuencias resultantes de este importante matiz.